RECOMENDACIONES PARA UNA NUEVA LEY DEL SUELO
( 09-06-2017 )
Como ya se viene poniendo de relieve a través de las distintas Sentencias de los Tribunales de Justicia que han anulado múltiples instrumentos de planeamiento urbanístico en toda España, se hace necesario una revisión legislativa que facilite la realización de actuaciones urbanísticas de las administraciones públicas y de los particulares, permitiendo el fácil cumpliendo con la legislación vigente en cada momento.
En ese sentido el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) ha planteado una serie de propuestas presentadas ante los grupos políticos de la Asamblea de Madrid para mejorar el proyecto de Ley del Suelo.
Don José María Ezquiaga, Decano del COAM, Catedrático de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid, ha afirmado que “La Ley de Suelo ha significado un serio inconveniente para el desarrollo urbanístico y la actividad económica en la Comunidad”.
Ezquiaga pone de manifiesto que en 20 años con la actual legislación vigente, solo se han actualizado 20 Planes Generales de los 179 municipios de la Comunidad de Madrid. En muchos casos, en vez de recurrir a la renovación de estos planes, se han realizado “modificaciones puntuales de planeamiento”, estas acciones no tiene en cuenta el conjunto de la ciudad “Es un urbanismo insuficiente que no puede poner la ciudad al día, solo arreglar problemas puntuales”. “Se pierde la oportunidad de tratar conjuntamente el transporte, el medioambiente, la vivienda, el patrimonio, que es para lo que sirve un Plan General”, puntualiza.
Llega a la conclusión de que se deben simplificar los trámites para la redacción de Planes Generales de Urbanismo y que la normativa actual “está obsoleta y se ha convertido en un serio obstáculo para el desarrollo del urbanismo y la arquitectura” en la región.
En gran medida esta situación no solo afecta a la Comunidad de Madrid sino que se extiende por toda España, resultando que a la hora de promover un nuevo Plan General de Ordenación Urbana, el cumplimiento de una legislación cada día más compleja hace que los instrumentos de planeamiento se eternicen en su aprobación y cuando finalmente se consigue, se corre el riesgo de que actuaciones que se pretendían desarrollar hayan quedado obsoletas y por otro lado no ofrezcan soluciones a nuevos problemas urbanísticos que surgen en una sociedad que se encuentra en continua evolución.
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